¿TE HAS PLANTEADO ALGUNA VEZ CÓMO SERÍA VIVIR EN UNA CABAÑA?
La vivienda es una de las grandes partidas a la que destinamos buena parte de nuestro presupuesto mensual. Por lo tanto, constituye una decisión crucial, no sólo a nivel económico, sino también respecto al estilo de vida que queremos llevar.
Tras un año viviendo en una cabaña en el monte, os voy a desvelar cuáles son las ventajas de este tipo de vida y lo que conlleva.
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¿POR QUÉ VIVIR EN UNA CABAÑA?
Varios motivos. Si vives en una gran ciudad te habrás dado cuenta de que el precio de los alquileres o la compra de pisos o casas está por las nubes. Una vez que hayas realizado un análisis de tus gastos mensuales habrás comprobado que tu hipoteca o cuota de alquiler supone aproximadamente el 30%-40% de tus ingresos, como mínimo.
Si tienes el objetivo de ahorrar un poco cada mes para: vacaciones, jubilación, estudios de tus hijos, etc. con este tipo de «losa» encima te va a resultar un tanto difícil.

Otro motivo es el estilo de vida que llevamos actualmente en las ciudades. Atascos, colas, precios excesivamente elevados, productos de peor calidad, estrés, ruido, malos humores, contaminación… Tras el COVID, mucha gente se ha dado cuenta de que ese no era el estilo de vida que querían llevar, y han buscado alternativas para vivir más cerca y en contacto con la naturaleza.
Si estos dos motivos ya te parecen suficientes para empezar a valorar el vivir en una cabaña te voy a dar mis 10 razones para que lo hagas.
CONTACTO CON LA NATURALEZA
Para mí sin duda es el motivo número 1. Vivir en medio de la naturaleza es un estilo de vida. Eliminas ruidos de la ciudad procedente de los coches, la gente o las obras y los sustituyes por el sonido de los pájaros, el ladrido de los perros, o el canto del gallo.
Si te gusta el silencio o la tranquilidad este es tu lugar. Las primeras semanas fue un gran impacto darme cuenta de que al amanecer no oía ninguna carretera, ninguna sirena, ninguna obra o ningún niño llorando.

En realidad, no oía nada de nada. Excepto, eso sí, a mi nuevo vecino, un cárabo, que resultó ser un ave rapaz nocturna parecida a la lechuza. Ese es mi despertador natural en el campo.
Y si te gustan los animales, este es el lugar ideal para disfrutar de ellos. Desde que vivo aquí me he cruzado con zorros, jabalíes, muflones (sub-especie similar a la cabra), ciervos, conejos, buitres, águilas, así como con mi querido vecino el cárabo.
EXPANDE TU TIEMPO LIBRE
Creemos que no tenemos tiempo, que con la vida que llevamos es imposible sacar un ratito para las cosas que realmente nos gustan. Pero es que en realidad somos nosotros los responsables de nuestro estilo de vida.
En la ciudad es muy difícil funcionar de otra manera. Los grandes trayectos entre casa y trabajo, los atascos, la dificultad para encontrar aparcamiento… En definitiva, el estilo de vida frenético al que nos vemos sometidos para cumplir con nuestras tareas diarias no nos deja ni un pequeño instante para respirar, para pensar o incluso para aburrirnos.
Cuando vives en una cabaña en el campo todo eso ya no existe. Cierto, uno tiene que seguir yendo a trabajar, hacer recados u organizar y limpiar su casa, pero sin duda se eliminan numerosas distracciones. Sobre todo, si eres capaz de organizar tu vida en torno a tu cabaña, eliminas aun más distracciones.
Por ejemplo, en lugar de apuntarte a un gimnasio e ir varios días por semana a hacer movimientos repetitivos en máquinas de tortura, puedes probar a hacerte tu propio gimnasio en casa, y disfrutar de entrenar al aire libre, con tu música y a tu ritmo.
TENER UN PERRO
Criar, educar y disfrutar de la compañía de un perro era uno de mis sueños desde que era pequeño.
El problema es que veía cómo vivían los perros de amigos y familiares y no me gustaba lo que veía. En lugar de perros eran mascotas. El perro vivía por y para su dueño. Le esperaba incontables horas en un piso de cuatro paredes hasta que llegaba la hora de bajar 20 minutos a hacer sus necesidades al parque más cercano, donde ni siquiera paseaban sino que se juntaban con otros perros a esperar que socializasen entre ellos.

Entiendo el por qué de tener una mascota de esta forma en la sociedad en que vivimos, pero no era lo que yo soñaba de pequeño. Mi idea era poder tener a mi perro en un espacio libre, disfrutar de verle correr por la naturaleza, jugar con él, ofrecerle retos y ver cómo los iba superando…
Y el día llegó cuando por fin nos mudamos a esta cabaña. Os aseguro de que cuando veis la cara de este perro veis la cara de un perro feliz. ¿Y qué os voy a contar de los beneficios de disfrutar de la compañía de un perro? Te hace compañía cuando te sientes solo, te obliga a salir a pasear aunque no te apetezca o esté lloviendo, y siempre tiene ganas de jugar o de aprender algo nuevo. Sin duda un perro es el compañero ideal para la vida en una cabaña. ??
CREAR TU ESPACIO
Un piso es un piso, con el espacio que cada uno se pueda permitir. Pero no deja de ser un espacio cerrado donde tu capacidad de personalización se ve limitada por cuatro paredes.
Una cabaña, por lo general, vendrá acompañada de un espacio de terreno más o menos grande, dependiendo del presupuesto de cada uno. Según mi experiencia ese espacio no ha de ser excesivamente grande, lo suficiente para sentir que puedes «expandirte» y no sentirte limitado.
A partir de ahí empieza la widgetización de tu cabaña ? Se trata de darle tu color, de darle tu estilo y adecuarla a lo que a ti te gusta hacer cada día.
En mi caso empecé por una sombrilla para poder recibir a mis visitas y comer a la sombra, luego una ducha de exterior para refrescarme en verano, una estantería para mis libros, un buen edredón, un accesorio para hacer dominadas en el exterior… Lo dicho, customiza tu cabaña a tu gusto, y no tendrás necesidad de irte a ninguna otra parte, porque estarás EN CASA.
HACER DEPORTE EN LA NATURALEZA
Supongo que casi todos estamos acostumbrados a lo mismo. Sabemos que hacer deporte es importante, y además, disfrutamos de ciertas dosis de ello.
Sin embargo, la ciudad limita nuestras oportunidades de hacer deporte como a nosotros nos gustaría. Existen los gimnasios, las piscinas climatizadas, los polideportivos… Todas ellas son buenas opciones, sin embargo todo forma parte de una manera estructurada de hacer deporte, repetitiva y, ¿por qué no decirlo?, muchas veces aburrida.

Pero cuando vives en medio de la naturaleza las oportunidades se expanden. Surge la oportunidad de pensar en qué tipo de deportes te gustan, y de este modo puedes combinar ejercicio con una actividad que disfrutas.
En mi caso, siempre había disfrutado mucho de hacer kayak, pero sólo podía hacerlo cuando viajaba a algún lugar en la naturaleza donde las alquilaran. Hoy, gracias a vivir cerca de varios embalses, puedo hacer esta actividad cuando me apetezca, y eso cambia totalmente el juego.
Volviendo a la época del Covid, todos hemos experimentado la ansiedad relativa a no poder hacer ejercicio de la forma a la que estábamos acostumbrados. Debido a la necesidad, han surgido multitud de recursos para entrenar desde casa sin tener que ir a un gimnasio u otras instalaciones públicas.
Esta oportunidad es un regalo para poder acondicionar tu cabaña de modo que puedas entrenar al aire libre, de la forma en que a ti te gusta y cuando te venga mejor, sin tener que adaptarte a los horarios de otros.
SOCIALIZAR «MEJOR»
Cuando uno se va a vivir a una cabaña en medio del monte la primera imagen que nos viene a la cabeza es la de un ermitaño. Parece el entorno ideal para llevar a cabo un retiro alejado del ruido y de las distracciones de la vida cotidiana.
Y así es. Si uno busca soledad, tranquilidad, silencio y un espacio para la creatividad este sería el lugar ideal. Sin embargo, y paradójicamente, creo que nunca he socializado mejor que desde que estoy en esta cabaña.
Y, ¿a qué me refiero con «socializar mejor«? En el día a día estamos rodeados de personas y nos vemos obligados a realizar multitud de compromisos que en su mayoría no nos apetecen. Por lo tanto vamos por la vida medio enfadados porque nunca tenemos tiempo para hacer lo que realmente queremos.

El entorno de la cabaña elimina todas estas distracciones, y te permite ser más selectivo. Si un día quieres estar sólo y te quieres dedicar a tus cosas nadie va a venir a alterar tu rutina. Y sin embargo, cuando quieres quedar con alguien específico, ¿a quién no le apetece pasar un día en el campo?
Desde que me mudé a la cabaña, casi todos los fines de semana tengo visitas, de hecho hay veces que tengo que rechazar o posponer planes porque me apetece tener el fin de semana para mí sólo. Se trata por tanto de seleccionar a aquellas personas que te apetece más ver y organizar planes agradables con ellas en tu entorno.
Por otro lado, que te guste vivir en una cabaña no quiere decir que te aísles del mundo. Una vez que has sido capaz de disfrutar de un tiempo para ti, así como de las visitas de la gente que quieres, también puedes bajar a la ciudad y disfrutar de aquellas cosas que no tienes tan a mano: cine, teatro, música, unas cervezas, cenar en algún restaurante que te encante… Y como ya no lo haces tan a menudo seguramente lo aprecies mucho más.
CONÓCETE A TÍ MISMO
Sé que esta frase suena muy espiritual. De hecho, se dice que era una de las frases que estaban escritas en el pronaos (la entrada) del Templo al Dios Apolo en Delfos, junto a la siguiente: «…si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera.» Ver artículo.

Ya hemos visto cómo una de las ventajas de vivir en una cabaña es que dispondrás de más tiempo para ti, la cuestión ahora es, ¿Qué vas a hacer con ese tiempo?
Vivir en una cabaña es solitario, y si no estás dispuesto a lidiar con ello es muy posible que este no sea tu lugar. Por supuesto, si uno busca distracciones es fácil encontrarlas: el móvil, el ordenador o la televisión son opciones que serán capaces de llenar muchas horas vacías pero, ¿es eso lo que realmente quieres?
Vivir en una cabaña te da la oportunidad, como ya hemos dicho, de ser más selectivo. No tienes tantas distracciones a tu disposición con lo cual te tienes que entretener con lo que hay, pero eso sí, si sabes donde mirar las opciones son muchas e infinitamente enriquecedoras.
Mi día se compone de actividades como la escritura, la meditación, los paseos con mi perro por la naturaleza, la lectura, el ejercicio, la cocina, el descanso, y por supuesto, la socialización. Y, te lo digo honestamente, nunca me he sentido más feliz con mi rutina diaria.
Aquello en lo que pongas tu atención será lo que florezca, por tanto, si pones tu atención en ti mismo, en tu interior, empezarás a conocerte realmente.
GASTAR MENOS
Hay varios motivos por los cuales gastarás menos viviendo en una cabaña. No nos engañemos, una cabaña es un estilo de vida muy bucólico. Todos lo vemos en una foto o en una película y suspiramos imaginando lo increíble que sería vivir en una cabaña, ¿verdad?
Bueno, pues no es todo tan bucólico. Una cabaña tiene sus limitaciones. Para empezar, suele ser difícil hacer llegar hasta ella suministros básicos como la electricidad, el agua potable o el gas. Por lo tanto se suele optar por recursos alternativos como una chimenea, una estufa, un depósito de agua, placas solares…Todo ello añadirá pequeñas dificultades en el día a día: tener que ir a buscar agua, leña, botellas de butano, velas… pero sin duda ahorrarás dinero en cada una de esas partidas.
Por otro lado, dado que vivir en una cabaña no es para todo el mundo, el precio del alquiler o la compra será también más bajo que el de un piso o una casa en la ciudad. De hecho, mucha gente las alquila como lugar vacacional o de fin de semana, por lo tanto, si tú estás dispuesto a vivir en ella todo el año seguro que conseguirás un precio más asequible.
Otro de los motivos que te hará ahorrar es que, al crear un ambiente agradable en torno a tu cabaña, saldrás menos a comer o cenar fuera y podrás invitar a tus amigos o familia a tu casa. Si has conseguido los aparatos o accesorios necesarios también te ahorrarás la cuota del gimnasio. Y muy probablemente gastes menos en gasolina pues harás más vida en casa y menos buscando cosas que hacer fuera.
MONTAR TU PROPIO HUERTO
Al vivir en una cabaña hay dos recursos que no te van a faltar: tiempo y tierra. Es posible que al principio te resistas pero en algún momento te preguntarás por qué no crear tu propio huerto.
En mi caso me animaron a ello, pero la verdad es que no era nada difícil. Compras las plantas o semillas que quieras plantar, te miras algún video de cómo hacerlo correctamente, las echas un poco de abono, las riegas y… ¡a esperar! (Mientras las cuidas, claro).

Tener un huerto en tu casa te da un motivo de ilusión para salir de la cabaña cada día. Ver cómo han crecido, si ha salido algún fruto nuevo, arreglar lo que se pueda estar estropeando y regarlas son pequeñas tareas que te harán mucha ilusión ya que, al fin y al cabo, lo que salga de ahí es obra tuya.
La alegría final ya es completa cuando empiezas a tener un montón de tomates, zanahorias o pepinos, no das abasto, y le tienes que regalar a tus seres queridos una parte para que ellos también saboreen los frutos de tu trabajo.
DESCUBRIR TU CREATIVIDAD
Muy ligado a la mayor disponibilidad de tiempo y al autoconocimiento se encuentra el desarrollo de tu propia creatividad.
No son pocos los autores que se refugiaban en una cabaña para trabajar en su obra (ver artículo). Si los espacios para crear dijeran tanto del autor como su propia obra, la pequeñez y sencillez de habitaciones y casas de retiro forjan un denominador común entre la esencia del momento de crear.

Uno de los momentos de mayor creatividad es cuando estamos aburridos. El problema es que la sociedad actual no permite que lo hagamos. El móvil, principalmente, así como todo tipo de dispositivos electrónicos pugnan por mantenernos continuamente pegados a sus pantallas, impidiendo que podamos afrontar y disfrutar de esos momentos de vacío.
Cuando apagas todos tus dispositivos y te sientas a pensar, o sencillamente a ver qué ocurre, es cuando sucede la magia. Muchas veces en los paseos con mi perro he lamentado no haberme llevado un cuaderno, pues es en esos momentos en los que me vienen a la mente multitud de ideas creativas. A veces, sólo hay que dejar a la mente libre de estímulos durante unos instantes para que saque a la superficie la creatividad que llevamos dentro.
Por lo tanto, si tienes un proyecto creativo pendiente que llevas tiempo queriendo sacar a la luz, como escribir un libro, crear un Blog, grabar un Podcast, pintar o aprender a tocar algún instrumento, por poner algunos ejemplos, este, sin duda, SÍ ES TU LUGAR.
CONCLUSIÓN
Vivir en una cabaña no es para todo el mundo. Eso es lo primero que me dijeron cuando vine a ver mi actual hogar, y eso es lo que te digo yo antes de que te lances a buscar la tuya.
Sin embargo, si te gusta la naturaleza, te encuentras en un momento de introspección o en proceso de realizar cualquier tipo de proyecto creativo o intelectual (como estudiar una oposición), este estilo de vida es maravilloso y seguramente te ayudará a sacar lo mejor de ti, en todos los sentidos.
Me despido con una frase de Nail Gailman, escritor británico de relatos cortos:
«Nunca pasa nada por allí. Puedo mirar por la ventana y algún animal me mira ocasionalmente, pero sobre todo se trata de árboles, y sólo captan el interés un instante, de manera que vuelvo a la escritura felizmente».