CLAVES PARA ALCANZAR TUS OBJETIVOS

 

Hoy voy a hablarte sobre objetivos, cómo conseguirlos y las claves para afrontar tus grandes retos.

¿Por qué considero que puedo hablar sobre cómo alcanzar tus objetivos? Sencillamente, llevo toda la vida haciéndolo.

En esta entrada voy a utilizar 3 momentos clave de mi vida para identificar las que considero las mejores estrategias para alcanzar tus objetivos.

Empecemos por el principio.

Aprobar 5 asignaturas en 2 meses

En COU (último curso de Bachillerato), con 17 años y 5 asignaturas (de 7) suspensas en Junio, me fijé el objetivo de aprobarlas todas en Septiembre y pasar de curso. Si lo conseguía me iría un año a Múnich, a estudiar y trabajar mientras reflexionaba sobre qué quería hacer con mi vida.

Tras un verano duro e intenso, llevando una rutina espartana digna de una oposición, me enfrenté a esos exámenes y los aprobé todos. Aprovechando la inercia, y por consejo de mis padres, me presenté poco después al examen de selectividad (acceso a la Universidad), con el que ni siquiera contaba ese año, y también lo aprobé.

¿Cuáles fueron las claves para afrontar este reto?

Lo que no quieres

Definir lo que no quería. Si suspendía tendría que repetir curso, lo que implicaba estudiar con chicos menores que yo y perder un año, con las futuras repercusiones que ello tuviera…

La amenaza de perder un año de mi vida era motivación suficiente para sentarme cada día a estudiar y aprobar esas 5 asignaturas.

Tener claro lo que no quieres puede ser un primer impulso para definir lo qué sí deseas.

Tener un premio

Si conseguía aprobar esos 5 exámenes iba a poder hacer algo que era atractivo para mí, en este caso, salir de mi casa, de mi país e ir a vivir un año al extranjero, donde viviría nuevas experiencias, conocería mucha gente, aprendería un nuevo idioma…

Por lo tanto, el premio era lo suficientemente grande para que todo esfuerzo mereciese la pena.

Es como la zanahoria para el burro. Para mantener la motivación en tus objetivos has de tener algo que te inspire a seguir trabajando cada día.

Tener un plan

Mi padre era un experto planificador, así que él se encargo de prepararme un calendario semanal con todas las actividades que tendría que realizar para alcanzar mi objetivo.

El plan era un poco enfermizo, pues tenía cada hora del día programada, pero también es cierto que para obtener grandes objetivos hay que tener un cierto grado de obsesión, que será mayor cuanto más difícil sea tu meta.

El plan lo que te facilita es no tener que pensar. Cuando todo está ya planificado, en cuanto pones el pie fuera de la cama ya tienes claro lo que tienes que hacer, y no tienes que gastar ni un minuto pensando, sólo ejecutar.

Trabajar en una ONG en África

A los 27 años, tras 2 trabajando en el sector privado y totalmente desmotivado, descubrí mi siguiente gran objetivo, trabajar como cooperante en una ONG en África.

La tarea no era fácil, pues para ello necesitaba una carrera universitaria, un máster, dos idiomas (francés e inglés) y experiencia en el sector. Tan sólo me faltaba el último requisito, la experiencia, pero esto era un poco contradictorio, pues necesitaba tener experiencia previa con ONG para poder trabajar con ellas por primera vez.

Así que decidí ser valiente y dar un paso al frente. Para poder obtener esa experiencia y que me conocieran, les propuse trabajar gratis en sus oficinas, como voluntario.

Mi propósito seguía estando claro, trabajar con una ONG en África como financiero. Pasaron varios meses y seguían sin ofrecerme trabajo en el terreno, así que me tocó dar un nuevo paso al frente. Mandé mi Curriculum a varias ONG hasta que finalmente una de ellas respondió a mi solicitud. Con esta oferta en la mano, pude hablar con mi ONG de origen y explicarles que, si no me iba con ellos, lo haría con esta otra ONG. Gracias a este movimiento me ofrecieron un puesto al que pude incorporarme un par de meses después. El que no llora no mama…

¿Cuál fue el elemento clave para alcanzar este objetivo?

Hacer sacrificios

Cuando tienes claro cuál es tu objetivo te cuesta menos hacer sacrificios. Muchas personas se lanzan a nuevos proyectos sin tener claro si es lo que quieren realmente. Este para mi es un paso muy peligroso, pues lo que suele marcar la diferencia entre quien lo consigue y quien no, es quién está dispuesto a sacrificar lo que haga falta por conseguirlo. Por eso es tan importante que valores previamente si ese nuevo proyecto es algo que verdaderamente quieres en tu vida. Si la respuesta no está clara, mejor que sigas pensando o que pases a otra cosa.

Ser valiente

Quien no toma riesgos difícilmente disfrutará de oportunidades. En mi caso, podría haber seguido esperando pacientemente a que la ONG me ofreciera un trabajo, y quizás ese momento no hubiese llegado nunca. Así que, cuando no lo ves claro hay que ser valiente, seguir tus instintos y tomar decisiones arriesgadas, «take the long shot» dicen en inglés.

A veces lo que marca la diferencia es esa persona que decide salirse del rebaño y aventurarse en terreno desconocido.

Conseguir una plaza de Bombero

Tras varios años trabajando en las ONG, me di cuenta de que necesitaba otro cambio en mi vida, así que era momento de buscar un nuevo reto. Me costó encontrarlo, pero finalmente entendí que se trataba de un cambio, no sólo laboral, sino también de estilo de vida, y consideré que eso lo obtendría a través de un trabajo como Bombero.

Para ello, tenía que sacarme una oposición, algo a lo que nunca me había enfrentado y que por lo tanto era totalmente nuevo para mí. A los 34 años iba a iniciar un proceso que iba a exigir mi máximo a nivel físico, mental y espiritual.

Probablemente este sea el objetivo más difícil al que me haya enfrentado hasta la fecha. Además, tuve que compaginarlo con varios trabajos, desde uno de oficina en una ONG, hasta servir cafés en un Starbucks o cervezas y hamburguesas en una terraza de verano.

Por otro lado, descubrí que, a pesar de haber sacado una carrera y dos máster, realmente no sabía estudiar, así que a mis 34 años tendría que aprender cómo hacerlo.

Mi físico tampoco era malo, creía yo, llevaba toda la vida entrenando, en equipos deportivos, gimnasio, corriendo, en la piscina… Y aun así descubrí que mi físico estaba lejos de lo que necesitaba para aprobar una oposición de semejante nivel. Tuve que aprender a entrenar de verdad, a comer bien, la importancia del descanso…

¿Cuáles fueron las claves para conseguir mi plaza?

Tener un foco

Todo esto no lo hubiera podido conseguir si no hubiese tenido claro por qué lo estaba haciendo.

Habrá muchos momentos en los que no aguantes más, en los que te quieras rendir, en los que ya no te quede más dinero o el proceso se alargue eternamente… En esos momentos es cuando hay que tener muy claro cuál es el objetivo final y por qué lo escogiste en primera instancia.

Yo quería tener un trabajo que me permitiese ayudar a los demás, mantenerme en buena forma, tener una estabilidad laboral y disponer de tiempo libre para hacer las cosas que yo quería.

Cuando la situación se volvía complicada, miraba para atrás hacia la vida que ya no quería y entendía que estaba en ese proceso para conseguir la vida que sí quería, aquello que me hacía feliz pensar en ello.

Ser constante

Durante la oposición descubrí que ese no iba a ser un camino corto, si no que más bien se iba a tratar de una carrera de larga distancia. No iba a poder obtener un premio por mi esfuerzo en el corto plazo, así que tendría que ser capaz de establecer un sistema por el que me fuese premiando por el trabajo diario realizado.

De aquí la importancia de las check-list y de ir tachando las tareas que realizas. Al inicio del día escribes todas las tareas que pretendes realizar, estimas el tiempo que le vas a dedicar a cada cosa y las ordenas por prioridad dentro de tu día. Según vayas consiguiendo realizar cada una de ellas, las vas tachando, produciendo esto una descarga de dopamina que alimenta tu motivación y autoconfianza, pues estás obteniendo tus objetivos a corto plazo.

Si te interesa descubrir nuevas estrategias para mejorar tus hábitos, échale un vistazo a esta entrada.

Ser humilde

La competencia era muy alta para conseguir esa plaza de bombero, así que es importante asumir que hay gente mejor que tú, o gente que, por el mero hecho de llevar más tiempo, tiene más experiencia que tú.

Ese era el primer paso, aceptar que tienes mucho trabajo por delante y mucho que aprender de tus compañeros. A partir de ese momento, la clave consistía en fijarte en los mejores en cada materia (temario, psicotécnicos, atletismo, trepa de cuerda, conducción…), acercarte a ellos y observarlos. Identificar cuáles eran sus métodos y su actitud, y aprender de ellos. Pero para ir un paso más allá, habría que rodearse de esas personas, tenerlas cerca y que formasen parte de tu equipo.

Para ello es importante hablar aquí de la generosidad. Seguramente tú también tienes algo que aportar, algo en lo que eres especialmente bueno, y si tú ayudas a ese compañero, él te ayudará después cuando tú lo necesites.

En definitiva, se trataba de crear un vínculo, casi una amistad, con esas personas de las que querías aprender y que querías tener cerca y, si ellas eran inteligentes, harían lo mismo contigo.

Es muy difícil conseguir objetivos de esa magnitud sólo. Se puede, pero es el doble, casi el triple, de trabajo, así que crea tu “Dream team.

Ser exigente

Cuando ya te has rodeado de la gente de la que quieres aprender, es muy posible que empieces a sentirte una mierda. Es decir, has escogido a los mejores en cada campo, por lo tanto ellos van a ser mejores que tú, y tú siempre vas a estar un pasito por detrás.

Pero esto no tiene por qué ser malo. Si lo ves desde otro punto de vista, tu referencia ahora son los mejores, por lo tanto, aunque siempre vayas por detrás, estarás siempre cerca de ellos y esto, de forma natural, te colocará en los primeros puestos. De ahí la importancia de escoger bien de quién te rodeas.

¿Qué prefieres ser, cola de león o cabeza de ratón? Yo prefiero la primera ?

Ser auto-compasivo

Sin embargo, es importante que aprendas a gestionar esa exigencia. Que te fijes en esas personas como tu referencia te va a provocar una cierta frustración al estar siempre detrás, pero bien gestionada y siendo consciente de los progresos que estás llevando a cabo, puede ser la clave del éxito.

Es muy importante ser consciente de cómo te hablas a ti mismo, en tu mente. Si fruto de ir por detrás de tus compañeros, te dices cosas como “soy un paquete”, “no mejoro nada” o “nunca lo voy a conseguir”, estarás tirando piedras contra tu propio tejado. En cambio, si te fijas en tus progresos, en aquello que estás haciendo bien y cómo cada vez estás más cerca de tu objetivo, conseguirás mantener tu autoestima alta cuando los demás empiecen a desfallecer.

Una reflexión importante: cuando te sientas mal, cansado, triste y desmotivado, recuerda que los demás también se estarán sintiendo así, eres humano.

Conclusión

Me gustaría que te quedaras con una cosa sobre todo lo demás, CONSEGUIR TUS OBJETIVOS, cualquier objetivo, ES POSIBLE.

Y no quiero que parezca que te estoy hablando en plan «Mr. Wonderful« (aunque he de reconocer que me considero un optimista incurable). La realidad es que sí puedes, lo que tú quieras lo puedes conseguir, tan sólo, como has leído en esta entrada, vas a necesitar «echarle más huevos (u ovarios) que nadie», y usar mucho la cabeza para ser muy eficiente en el proceso.

Lo que descubrí en mi camino es que es fácil llegar hasta el 80% del esfuerzo, hasta ahí llegamos casi todos. La diferencia la marca quien está dispuesto a ir «the extra mile«, esos últimos 100 metros, dar ese 20% restante que separa a quien está probando suerte, de quien realmente lo quiere con todas sus ganas.

No espero que apliques estas ideas con cada cosa que afrontes en tu vida pues puede llegar a ser muy agotador, pero si hay algo que realmente desees, aquí te dejo las claves.

Espero que hagas buen uso de ellas ?