CÓMO EMPEZAR UN BUEN DIA

 

Te levantas por la mañana sobresaltado con el sonido del despertador de tu móvil. Abres los ojos y te das cuenta de que no has dormido suficiente, pero no hay otra opción, te tienes que levantar, darte una ducha rápida, coger algo de la cocina y salir corriendo al trabajo…

¿Se parece en algo lo que acabo de describir a tus mañanas? Si la respuesta es sí, no te preocupes, le ocurre a gran parte de la población de nuestro país.

En esta entrada voy a compartir contigo varios hábitos que puedes incorporar a tus mañanas para que este patrón deje de repetirse y puedas empezar un buen día.

MADRUGA

Puede parecer obvio y un poco utópico, pero tu día empieza por ahí. Para que puedas hacer esto y no arrastrarte por los suelos el resto del día, es importante que te vayas a dormir pronto la noche anterior.

Sé que es difícil, pues hay que romper muchos patrones sociales que llevamos muy arraigados, como que por la noche, mientras y después de la cena, se ve la TV, o una serie de Netflix, o una película. Todo esto está muy bien, pero si quieres levantarte pronto el día siguiente es mejor que dejes la TV para los fines de semana, o para ocasiones «especiales». Haciendo esto probablemente hasta la disfrutes y valores más cuando la veas de forma esporádica.

Si no estás acostumbrado a madrugar vas a tener que empezar poco a poco. ¿A qué hora se considera madrugar? Eso depende de cada uno, y de las cosas que quieras hacer en ese espacio de tiempo, pero las 6:00 sería muy buena hora.

Ventajas de madrugar…

¿Qué ventajas tiene hacer esto? La primera de todas es el silencio y la tranquilidad que encontrarás en ese momento. Mientras todos los demás, tu familia, tus vecinos, tu perro o tu gato, aun duermen, tú ya estás arriba, y tienes un par de horas tranquilas para dedicar a lo que tú desees.

Otra ventaja es que, al contrario de lo que podría parecer, esas horas son muy productivas. Quizás las primeras veces te sientas cansado y somnoliento, pero a medida que lo sigas haciendo y, si has dormido lo suficiente (7-8 horas), te darás cuenta de la energía y concentración de la que dispones en ese momento del día.

DESPIÉRTATE SIN DESPERTADOR

Los móviles son un invento que parece que lleva con nosotros toda la vida, pero en realidad es un objeto que se popularizó hace poco más de 25 años. Antes de eso, y aunque parezca difícil creerlo o imaginarlo, salíamos de casa sin móvil, ¡y sobrevivíamos!

Bromas a parte. Las aplicaciones de nuestros móviles son tan diversas que ya casi no podemos separarnos de ellos. Ellos nos dan las buenas noches y ellos nos dan los buenos días. Lo último que vemos antes de dormir es la pantalla de nuestro móvil. Revisamos nuestras redes sociales o vemos videos y fotos que nos estimulan y, al contrario de relajarnos e inducirnos hacia un estado de calma y relajación, favorecen un estado de excitación que retrasa nuestra entrada al sueño.

Por otro lado, todos los móviles hoy en día disponen de una aplicación de despertador, por lo tanto parece lo más obvio y natural utilizarlo para despertarse cada mañana. Esto parece inofensivo, pero no lo es.

Para evitar estas situaciones, lo primero sería apagar el móvil todas las noches (o ponerlo en modo avión) y dejarlo fuera de tu dormitorio. Si necesitas un despertador, yo te recomendaría lo que yo hice, que fue comprar uno como este, digital, de batería, y que sólo se enciende para mostrar la hora cuando aprietas un botón. Yo lo utilizo sólo cuando necesito despertarme a una hora determinada para ir a trabajar.

Mesita de noche ideal

Aunque te recomiendo encarecidamente que te vayas acostumbrando a despertarte sin despertador. Como todo, al principio te costará un poco, pero a nuestro cerebro le encantan las costumbres y hábitos, y, en cuanto lo hagas varios días seguidos, de nuevo respetando unas horas de sueño, verás cómo empiezas a despertarte de manera natural a la misma hora.

ESTABLECE BUENOS HÁBITOS

Una vez en pie, lo que hagas a partir de este momento determinará la calidad de tu día. Si enciendes tu móvil, pones la radio o la TV o te metes en tu ordenador, dejarás que esos dispositivos controlen tus actividades y hacia dónde se dirigirán tus pensamientos.

Por el contrario, este momento a mí me gusta considerarlo como «mi momento». Es un periodo de 2-3 horas que dedicas a aquellas actividades que son beneficiosas e importantes para ti. Y créeme, si las llevas a cabo cada día, la actitud y el estado de ánimo con la que afrontarás el resto de la jornada cambiará totalmente.

Mi primera acción de la mañana al levantarme es hacerme una infusión de jengibre y limón en ayunas. Los beneficios para tu salud están más que contrastados, pero la sensación de disfrutar de una bebida caliente a esas horas de la mañana y que poco a poco vaya despertando y depurando tu sistema digestivo, es sencillamente indescriptible.

Escribe

A continuación, me siento en mi mesa de trabajo, frente a mi cuaderno de reflexiones, y dedico una serie de minutos a escribir aquello que pasa por mi mente. Si hay algo que está rondando mi cabeza en esos momentos sencillamente lo transfiero al papel, y así puedo ser más consciente de cuáles son mis pensamientos. Si no estoy pensando en nada en concreto, dedico unos instantes a escribir sobre todas las cosas positivas que hice el día anterior, así como a agradecer todo lo bueno que hay en mi vida.

Tu mesa de trabajo

¿Imaginas lo potente que es iniciar tu día con esta actitud? En lugar de permitir que tu cabeza divague por donde quiera, dirigirla hacia todo lo positivo y aquello de lo que estás agradecido. Puedes creer más o menos en temas esotéricos o espirituales, pero sin duda enfocar tus pensamientos hacia lo positivo no hace sino sumergirte en un estado de ánimo alegre y optimista que te traerá no pocas alegrías a lo largo del día.

Medita

Cuando siento que ya no tengo más que escribir (suelen ser unos 10-15 minutos), despejo mi mesa, me coloco en una posición cómoda, y dedico otros 10-15 minutos a meditar. Para empezar, yo utilicé esta aplicación, que te va guiando paso a paso para que vayas incorporando este nuevo hábito en tu día a día.

Sólo cumplir estas 3 acciones: infusión, escritura y meditación (poco más de media hora), hace que mis días empiecen mucho mejor y con la sensación de que afronto la jornada con más calma y tranquilidad, pues ya he dedicado un tiempo a cuidarme y a tenerme en cuenta.

AFRONTA TUS OBJETIVOS

Todos tenemos una serie de actividades que nos gustaría hacer pero para las que nunca tenemos tiempo. Siempre hay algo más importante y, al dejarlas para otro momento, finalmente no las llevamos a cabo.

Quizás estés pensando en hacer más deporte, comer mejor, aprender un idioma, escribir tu propio Blog, etc. En primer lugar, escribe cuáles son esas actividades y define cuáles serían tus prioridades. Te doy varios ejemplos: salir a correr, hacer una sesión de yoga, entrenar fuerza en casa o en tu gimnasio, escribir un Blog o un libro, leer, grabar un podcast, crear un huerto, estudiar una carrera, master, curso u oposición…

Saca adelante tus proyectos

Este es el mejor momento del día para llevarlos a cabo. Recuerda, has madrugado y la gente a tu alrededor aun duerme, así que dispones de un rato hasta que debas iniciar tu rutina profesional-familiar diaria. En realidad, lo más importante es que estés convencido de querer hacerlo pues, «quien tiene un por qué encuentra un cómo y quien no, encuentra una excusa«.

Eso sí, recuerda afrontar en primer lugar las actividades que sean tus prioridades. Aquí ocurre como en la máxima financiera de Robert Kiyosaki «Pay yourself first» (Págate a ti primero). Empezando por tus actividades prioritarias te aseguras de que haces aquello que es más importante para ti, y sin duda esto aumentará tu autoestima y cómo afrontes el resto del día.

Lo importante a la hora de establecer nuevos hábitos y mantenerlos es ser realista. Establece actividades realizables, empieza poco a poco y ve aumentando de forma progresiva pero cómoda. Si te resulta muy difícil llevarlos a cabo dejarás de hacerlo. Y no lo olvides, celebra tus éxitos y felicítate por tus progresos.

Si quieres saber más sobre cómo establecer buenos hábitos, te recomiendo esta entrada.

NO MIRES EL MOVIL

Ya hemos hablado de esto en varios puntos precedentes, pero es que es muy importante y transversal a cada uno de ellos.

Vamos a repasarlo. Cuando vayas a irte a dormir la noche anterior, antes de entrar en tu dormitorio, apágalo o ponlo en modo avión, y déjalo fuera de tu habitación. Prepárate para meterte en la cama y, si te apetece, lee unas páginas del libro con el que estés. Cuando sientas que el sueño empieza a acudir a ti, deja el libro y, disfruta de tu merecido descanso.

Al día siguiente, como hemos dicho, despiértate con tu despertador clásico (no con el del móvil) o de forma natural, y comienza tu rutina de buenos hábitos, priorizando aquellas actividades que sean más importantes para ti.

Cuando consideres que ya has cumplido con aquellas tareas que te gustaría incorporar a tu día de manera permanente, entonces, si así lo deseas, enciende tu móvil y ahora ya sí, revisa tus mensajes.

Lo importante es que entiendas que el móvil es una fuerte distracción. En cuanto lo actives estarás luchando contra un enemigo que intentará que creas que hay otras cosas más importantes que tienes que hacer, otros lugares donde estar y otras personas a las que atender.

CONCLUSIÓN

Y hasta aquí los pequeños trucos para que mejores tus mañanas.

Es posible que no sea fácil cambiar tu rutina actual e incorporar cada uno de los hábitos que se desarrollan en este artículo. Pero de nuevo, todo cambio ha de realizarse poco a poco, incorporando uno a uno los aspectos que hemos mencionado.

Lo importante es que descubras que es posible sacar tiempo para aquellas cosas que son tus prioridades, y cuanto más lo lleves a cabo más te darás cuenta de lo valiosas que son tus mañanas.